EL CHOD DE MACHIG 

Fragmentos seleccionados del libro: “Machig Labdron & the Foundations of Chod” (Machig Labdron y Las Bases del Chod) de Jerome Edou.

Aniquilar los cuatro demonios es la enseñanza del gran vehículo; no rechazar ni perseguir ni el samsara ni el nirvana es el sentido del prajnaparamita; hacer uso de las condiciones desfavorables es lo que fue enseñado por la Venerable Machig; considerar la adversidad como a un amigo es la instrucción del Chod.

– Machig Labdron –

LA PRÁCTICA DE LOS BODHISATTVAS. 

De acuerdo a Jamgon Kontrul, el término tibetano “gcod” (cortar a través, atravesar, pronunciado CHOD), también abarca el sentido o el significado de su homófono, spyod en tibetano(pronunciado CHOD), que significa práctica o conducta de los bodhisattvas. El combina ambos significados en su propia definición de CHOD (gcod). La profunda práctica CHOD (spyod) del prajnaparamita,  y el CHOD (gcod) que apunta a cortar a través de los demonios. Kontrul explica que esos dos términos difieren de acuerdo al punto de vista que uno usa para definir el CHOD. Desde el punto de vista del método y de las etapas en la meditación se le llama la práctica o la acción profunda, en sánscrito Charya, en tibetano spyod (pronunciado CHOD). Con el mismo sentido este término, es usado en el Chakrasambhara Tantra y el Hevajra Tantra, cuando describen la práctica secreta, la práctica con consorte o la práctica grupal. En este contexto, CHOD  es considerado un grupo de métodos de meditación y un camino gradual para poner el Prajnaparamita en práctica.

Por otro lado, si uno lo ve como un remedio que utiliza las emociones aflictivas que deben ser eliminadas o cortadas, como el camino espiritual mismo o como un camino espiritual en si, entonces a esto se le llama “cortar a través de la presencia del objeto” gcod yul (CHOD YUL), esta es la razón por la cual Jamgon Kontrul, tal como el autor de los Anales Azules, antes que él, acepta el sentido doble del CHOD como expresaba a través de su homófono spyod “la acción” y gcod como “cortar a través”, “atravesar”.

Jamgon Kontrul comenta acerca de la primera definición de chod como similar a la práctica del bodhisattva, a través de una cita de “El Resumen de los Versos”, dupa sik su chak pa, los cuatros demonios tendrán dificultades controlando y engañando al bodhisattva que ha dominado estos cuatro fundamentos del chod:
– 1. Residir en la vacuidad;
– 2. No excluir a ningún ser;
– 3. Seguir exactamente las instrucciones recibidas;
– 4. Poseer la influencia espiritual de los sugathas.

Debido a que todas las confusiones que vienen de aferrarse a la realidad de los fenómenos internos y externos no son nada sino ilusiones, para poder pacificarlas, el practicante debe permanecer en la visión de la vacuidad de los fenómenos, tal como se expresa en el prajnaparamita y también en el chod. El bodhisattva actualiza esta realización de la vacuidad por el poder de la compasión que no excluye a ningún ser, incluso enemigos, dioses o demonios. El practicante sigue las instrucciones respecto de la mente iluminada, en sánscrito bodhicitta, enfocándose en el beneficio y bienestar de otros, lo que está opuesto a simplemente luchar por su propia felicidad y su propia paz. Finalmente por medio de la toma de refugio y por medio de invocar con fe y devoción  a los budas y bodhisattvas y a los lamas del linaje, el aspirante queda bajo la influencia espiritual de aquellos que se han ido al gozo, en sánscrito sugatha. Estos son los cuatro fundamentos que están descritos como la esencia de la práctica del Chod.

Cuando se comienza el rito de ofrecer el propio cuerpo, en tibetano lu-llin, el meditador mentalmente invita a ocho grupos de invitados particularmente honrados que representan a los seres de los tres mundos.

Los primeros tres tipos de invitados son las tres fuerzas malignas externas:

1. Los enemigos visibles o imaginarios que nos causan ira y aversión;
2. Las fuerzas negativas que causan obstáculos, afectando el cuerpo y la mente con enfermedades y perturbaciones;
3. Condiciones que destruyen el mérito o interfieren con la propia práctica.

Los siguientes tres tipos de invitados son las tres de fuerzas malignas internas:
1. Los demonios del karma, tales como el aferramiento a la noción de un yo, o la ignorancia que nos lleva a renacer en esta vida presente;
2. Los demonios físicos que están involucrados en identificación de alguno de los agregados psicofísicos (skhandas) como el yo;
3. El demonio de lugares que atemorizan en la soledad.

Los últimos dos invitados, son nuestro padre y nuestra madre en la vida presente, que representan a todos los seres. Cada uno de ellos ha sido nuestros padres en el curso de nuestras existencias anteriores.

Así es como Machig evoca la compasión que no abandona a ningún ser, incluso demonios:

Con el gancho de la compasión yo atrapo a aquellos espíritus malignos ofreciéndoles mi carne cálida y mi sangre caliente como alimento. A través de la bondad y la compasión de la boddhicitta, yo transformo la forma en que ellos ven todo y los convierto en mis discípulos.

En contraste, y en acuerdo con la segunda definición como gcod yul, el Chod con el objetivo de cortar a través de los demonios, de atravesar los demonios, la actitud general de la práctica del Chod es que el meditador no renuncia al mundo por medio de protegerse a si mismo de las emociones aflictivas como en el enfoque del Theravada, sino que deliberadamente evoca estas emociones al entrar en situaciones o encontrarse con objetos (yul) que las hagan surgir para poder cortar a través de ellas, para poder atravesarlas (CHOD)  y usarlas en el camino de la meditación.

Esto es expresado en el verso de Machig:

Considerar la adversidad como un amigo, es la instrucción del Chod.

Debido a que la adversidad generará miedo, ira o apego al propio cuerpo, emociones aflictivas que el yogui reconocerá instantáneamente como el juego ilimitado de la claridad de la mente, el Mahamudra, y por lo tanto las transformará.

Esta segunda definición de Chod puede ser resumida de la siguiente manera:

Uno podría preguntarse qué es lo que se conoce como chod y qué es lo que  corta, a través de qué corta; Debido que corta a través del apego al cuerpo es el chod; Debido a que corta a través de la raíz de la mente es el chod; Debido a que corta a través de la base misma de toda parcialidad, es el chod; Debido a que corta a través del aceptar y el rechazar en el camino, es el chod; Debido a que corta a través de las esperanzas y miedos respecto de los resultados, es el chod; Debido a que corta a través de todos los pensamientos, no importa de donde vengan o a donde vayan, justamente allí es el chod,  por consiguiente es llamado chod.

Formulada de esta manera la práctica del Chod, puede presentar algunas similitudes con las técnicas aplicadas en los tantras, pero el uso del deseo y la emoción, los objetos en el camino espiritual, no es una técnica exclusiva del vajrayana, tal como el Dalai Lama actual nos recuerda:

 Algunos dicen que la diferencia entre sutra y mantra, es que el mantrayana fue enseñado para aquellos que pueden usar el deseo como una ayuda en el camino, mientras que el vehículo de la perfección de los sutras del Mahayana, fue enseñado en orden a domesticar a los seres en el contexto de la separación del deseo. Esta opinión es equivocada, debido a que tanto el vehículo de la perfección como el vehículo del mantra tienen forma de avanzar en el camino sin haber abandonado el deseo y ambos tienen modos de progresar por medio de cultivar caminos que abandonan el deseo. En el sutra se dice, que tal como la suciedad de una ciudad es útil, por ejemplo en el campo del cultivo de la caña, para aquél que sabe utilizar la sustancia que por si misma no es útil, así las aflicciones pueden ser usadas en el camino, aunque del punto de vista de las entidades de las aflicciones, ellas deben ser por supuesto abandonas.

El punto de vista filosófico de todas las tradiciones del Chod es innegablemente la exposición de la vacuidad de acuerdo al prajnaparamita, uno debería mirar o buscar en la variedad de sus métodos de meditación para responder la pregunta ¿Es el Chod una práctica Mahayana en la cual uno debe reconocer los fenómenos externos e internos como iguales a una ilusión o un espejismo o es más bien un grupo de métodos Vajrayana, una forma de transformar las apariencias en sabiduría y los venenos en medicina?

La Biografía corta de Machig, apunta hacia una respuesta cuando ella explica en respuesta a las preguntas de Pangting Pa, como su enseñanza apareció y cómo se desarrollaron partiendo de las enseñanzas de los tres lamas principales: Lama Sonam, Lama Dampa y Lama Gangpa Sangie, esta tradición es llamada el Chod del Mahamudra con el objeto de cortar a través de los demonios, porque en si, une en una sola doctrina el Tripitaka, el Prajnaparamita y las cuatro clases de Tantra, y en particular los tantra madre del Yoga Supremo.

La historia de la transmisión agrega que los practicantes de Chod en las prácticas fundamentales del Mahayana de las perfecciones, de la generosidad, disciplina, etc., deben usar los caminos rápidos y profundos del Vajrayana para actualizar su realización del Chod.

El texto cita a Machig:

“Esta enseñanza auténtica llamada el Chod del Mahamudra es similar al famoso camino del Prajnaparamita y su práctica es el camino secreto del Vajrayana”.

LA UNIÓN DE SABIDURÍA PRÍSTINA o Presencia Absoluta (RIGPA) Y ESPACIO. 

Usualmente las primeras etapas del camino meditativo que llevan al Mahamudra incluyen el desarrollo de residir en la calma mental (shamata o zhine) para pacificar la agitación mental. También la práctica de la visión profunda (vipassana). En la tradición del Chod por el contrario el énfasis está puesto en la necesidad de dejar que las emociones surjan para poder cortar a través de ellas tan pronto ellas aparezcan dentro de la mente misma.

El Chod-pa o practicante del Chod no se protege en contra de las aflicciones mentales tales como el apego, el odio, el miedo, etc., por medio de retirarse de la vida mundana, sino que lo que intenta hacer es enfrentarse, irse de cabeza a los objetos y circunstancias que provocan el terror o el apego al cuerpo, para poder experimentar la naturaleza vacía de estas aflicciones mentales:

“Este dharma auténtico que corta a través de los objetos demoníacos, es diferente de cualquier otra instrucción de meditación, debido a que las otras solamente eliminan el apego al yo y a las emociones aflictivas en una etapa posterior, mientras que esta técnica corta a través de ellas de forma inmediata. Otros solamente de forma gradual eliminan el pensamiento discursivo, mientras que  el Chod los une instantáneamente con la vacuidad”.

En la terminología del Chod, las aflicciones mentales (sánscrito: kleshas) incluyendo todas las emociones negativas, se identifican simbólicamente con las fuerzas demoníacas que deben ser conquistadas y aniquiladas. El más poderoso de esos demonios, el cual debe ser cortado en forma definitiva, es el aferramiento a un yo permanente y real, fuente de todos los demonios internos y externos, esto es lo que se llama arrogancia en la terminología del Chod.

Desde la perspectiva del camino medio esto significa reconocer la naturaleza ilusoria de los agregados psicofísicos y cortar a través de la identificación con los mismos, que son los  que parecen constituir un yo.

Así que tal como en el sueño, mientras el que sueña se identifique con las imágenes del sueño, experimentara todo tipo de sensaciones placenteras y displacenteras, miedos, deseos y sufrimientos asociados con una fuerte impresión de un yo, pero tan pronto el que sueña se haga conciente, se dará cuenta que está soñando,  y el sufrimiento se evaporará y los miedos y lo demás se verá como nada más que un juego de la mente.

Verdaderamente no hay dualidad entre el sujeto que sueña y los objetos en los que sueña, comprendiéndolo de esta manera, este soñar, este “yo” del sueño, de ensueño, está vacío de existencia inherente, toda identificación con él cesa junto con las sensaciones y percepciones unidas a ella.

Esto es lo que Lama Sonam explica a Machig:

“Entonces, liberada del apego a la realidad estarás totalmente libre del concepto de sujeto y objeto, de la concepción de un sujeto o un objeto, e igualmente divorciada de todos los estados mentales relacionados a la acción y al agente. Esta comprensión de la no-dualidad, es un gran fuego que destruye la oscuridad del aferramiento ignorante a un yo.”

La biografía continúa diciendo:

“Libre de cualquier conceptualización Machig eliminó el demonio del aferramiento al ego y de estar centrado en uno mismo. Esta visión de realizar la no-existencia de un yo fue como el Sol disipando la oscuridad. La creencia errónea en la existencia de un yo fue silenciada para siempre”.

Aryadeva también describe métodos similares a los del Chod para liberarse de esta dualidad:

“Aquí el método supremo para realizar la mente es unir espacio y sabiduría prístina (rigpa), en el curso de los períodos cuando uno mezcla espacio y rigpa o sabiduría intrínseca, uno está espontáneamente purificado de aferrarse a nociones fijas como una realidad y sus características, como negar y establecer, entonces uno reside en la verdad de las cosas en si, lo que se llama dharmatha, libre de una cognitividad dualista que reconoce sujetos y objeto”.

Esta fusión de la conciencia en el espacio vacío es causada por el abrir lo que se llama “abrir las puertas del espacio”, una de las técnicas que Dampa transmitió a Machig.Esta técnica conocida como la transferencia de conciencia (phowa) para reconocer la naturaleza de la mente, no debe ser confundida con las numerosas otras tradiciones de transferencia de conciencia.

Existen aquí diferentes métodos para llevarla a cabo:

1. La transferencia con el apoyo en el corazón de la deidad: Uno expulsa la conciencia en la forma de una gota (Skr. bindu; Tib. Tigle) dentro del corazón de la deidad visualizada en lo alto de la coronilla de la cabeza, usualmente Machig Labdron o Yum Chen Mo, La Gran Madre. Comentarios respecto de este rito, describen varias visualizaciones para expulsar la conciencia que pueden ser aplicadas de manera simultánea o de modo progresivo, luego el bindu regresa a través de la abertura de Brahma y el meditador se transforma en Vajravarahi, Dorje Pagmo o en la Dama Negra Iracunda (Troma Nagmo) de acuerdo al sistema que se esté siguiendo.

2. Sin soporte pero con representación (según Aryadeva): Consiste en disolver la conciencia, la sabiduría intrínseca, y el espacio vacío, en la unión de ambos, y descansar en un estado no conceptual de absorción. Este método está descrito Jamgon Kontrul:

“Pensando en la sabiduría intrínseca, en la sabiduría natural o la conciencia en el espacio dinámico uno los mezcla y con el grito del mantra “Phet“ la conciencia vuela en el cielo; donde sea que el espacio penetre la conciencia penetra; donde sea que esté la conciencia penetrando, el Dharmakaya penetra. Uno descansa en la igualdad (inseparabilidad) con la mente del Dharmakaya de la Machig Ma Última (la madre única última).”

Cuando uno comprende que ni la mente ni el cuerpo existen inherentemente, uno comprende que la mente no está conectada al cuerpo y que el cuerpo no está conectado a la mente, así mismo todos los fenómenos reales o imaginarios están más allá de las nociones de apego y no-apego, su naturaleza es vacuidad.

Esta técnica es todavía mencionada como la transferencia en el Dharmakaya sin forma, la esencia misma de la realización del Mahamudra, también conocido como Dharmakaya Phowa.

Machig ilustra este proceso como sigue:

 “El cuerpo, déjalo caer, abandónalo como si fuese un cadáver, déjalo como si no tuviera dueño. Tu mente déjala como si fuera el cielo, déjala sola como si no tuviera objetos (nigpa).

3. Sin soporte ni representación (descrito por Jamgon Kontrul):

“Permanecer para siempre ubicado en la mente no adulterada y que no cambia, que es claridad vacía y rigpa en su corazón, en su esencia, es el rey de todas las transferencias. La Gran Apertura de las Puertas del Espacio es la esencia misma del significado de la auténtica doctrina del Chod como fue enseñada por Machig Labdron.”

Durante la etapa de absorción meditativa en la no-dualidad, el meditador debe enfrentarse a todo a lo que aparece: dioses o demonios, terrores, maravillas, sufrimiento, en completa ecuanimidad, completamente estable, como un elefante que cruza a través de un arbusto espinoso, como un pez para el cual las olas o las ondas del agua no significan nada. En lugares aterradores o en lugares donde hay carneros (cementerios) uno debe permanecer sentado, sin moverse como si uno fuese una estaca de madera, incluso si uno ve el propio cadáver siendo llevado por los demonios. Aunque “la Apertura de las Puertas del Espacio”, es la técnica mejor conocida, el profundo significado, la esencia de la mente prescribe 10 tipos de aperturas, y Jamgon Kontrul agrega que estas 10 aperturas son las instrucciones principales en la práctica del Chod.

1. La iniciación llamada “Abrir las Puertas del Dharma” contiene la tradición del Chod del Refugio y el desarrollo de la mente expuesta en la iluminación en 8 puntos. Esta iniciación no es en si una iniciación Vajrayana, aunque se dice que es equivalente a la cuarta iniciación del Tantra del Yoga Supremo. En la “Sagrada Biografía” se describe como perteneciendo al linaje del sutra que Machig recibió de Dampa Sange, y que ella define como: “No es una iniciación respecto de una deidad transmitida al cuerpo. Es una iniciación respecto del significado último (cho wang)transmitida a la mente”.
2. La “Sadhana“ llamada “Abrir las Puertas de la Bendición” envuelve la separación de cuerpo y mente. Las siguientes 4 aperturas son técnicas específicas que pertenecen a esta Apertura de las Puertas de la Bendición.
3. El reconocimiento de la naturaleza de la mente conocido como la “Apertura de las Puertas del Espacio”.
4. La práctica del sueño llamada la “Apertura de las Puertas del Sol y de la Luna”.
5. La transferencia de conciencia llamada “Abriendo las Puertas de la Liberación”.
6. La transferencia en el estado intermedio (bardo) llamada “Abriendo las Puertas de la Clara Luz”.
7. La elucidación de la adversidad llamada “Abriendo las Puertas del Origen Interdependiente” que sólo se transmite oralmente por el Lama.
8. El mejoramiento, llamado “Abrir las Puertas de las Cualidades”.
9. El beneficio de otros, llamado “Abrir la Actividad”.
10. La meta de la práctica, llamada “Abrir las Puertas de los Supremos Aryas “.

La meta temporal es aplacar a los 4 demonios de la enfermedad física y el sufrimiento mental y la meta última es la revelación de los 3 cuerpos (kayas) de Buda.

Como conclusión, de acuerdo a Jamgon Kontrul, la “Apertura de las Puertas del Espacio”, es la esencia de la intención de Machig y el corazón de la tradición del Chod, permanecer totalmente absorto en la expansión de la manifestación llamada Dharmadathu (espacio básico), es la meditación más interna, el método más profundo de meditación de esta tradición extraordinaria.

LOS CUATRO DEMONIOS DEL CHOD. 

Estos demonios deben ser comprendidos en el contexto de la vacuidad de existencia inherente tanto del yo como de los fenómenos, si todos los fenómenos están vacíos de existencia inherente en el nivel último, mientras haya ignorancia y esta ignorancia tenga un efecto sobre la mente y los fenómenos, ellos continuarán apareciendo como teniendo una existencia separada de la mente que los percibe y deben ser vistos como demonios. Aquí también el ejemplo del sueño nos permite entender por analogía la naturaleza de estos demonios. Mientras el que sueña está bajo el efecto del sueño, el poder del sueño, aquellos demonios que surgen para devorarlo o las dulces hadas que aparecen gentilmente protegiéndolo parecen reales, pero tan pronto como él despierta, estas imágenes instantáneamente pierden su realidad y por tanto su impacto.

Desde el punto de vista del Madhyamika, la naturaleza de esas aspiraciones no es ni verdadera ni errónea, sino que está vacía de toda posibilidad de afirmación o negación, más allá de todo concepto.

La tradición Occidental generalmente asocia los demonios con seres monstruosos o lo que se llama la Bestia, pero Machig no tiene esta visión y nos dice que esos demonios negros, oscuros, grandes y aterradores no son los demonios reales. En un sentido espiritual, los demonios reales son todo lo que obstaculiza o interfiere con el logro de la liberación. Esta es la forma en que ellos están descritos en los comentarios o shaastras, y de acuerdo a esto, entonces no hay demonio más grande que el aferramiento erróneo a un yo. Cuando uno corta a través de este demonio del apego a la realidad del yo, esto mismo elimina a los demás demonios sin excepción.

En “la Gran Colección”, Machig resume como sigue la visión del Chod respecto de los demonios: “El origen de todos los demonios es la mente misma, cuando la sabiduría intrínseca (rigpa) o la conciencia se aferra a la idea de un objeto externo entonces está atrapada por un demonio, así mismo la mente está manchada cuando una imagen mental se toma de forma errónea como un objeto real. Es de esta manera entonces, que todos los objetos internos o externos que son concebidos por la mente como si fuesen reales, generan por consiguiente deseo, aversión o ignorancia y deben ser vistos como demonios, ya que ellos previenen la realización de la clara luz de la vacuidad de la naturaleza de la mente que es el Mahamudra.

Tradicionalmente el Chod define cuatro tipos de demonios que deben ser cortados. Los primeros tres derivan del aferramiento al ego y el cuarto es el aferramiento al yo o al ego en si mismo. En la terminología del Chod, el término “nyen“ literalmente arrogancia u orgullo, debe ser entendido en el sentido de un aferramiento erróneo a la realidad de un yo, por consiguiente el demonio del aferramiento al yo(nyen che) es la causa del aferramiento a la realidad de los fenómenos tangibles e intangibles, y estos también deben ser considerados demonios.

1. Los demonios tangibles: son las percepciones de los cinco sentidos, tales como formas, sonidos, olores, etc., en palabras de Machig:

“Debido a que el aferramiento erróneo de la realidad proviene de objetos materiales, los he explicado como demonios tangibles.”

Estos objetos pueden ser placenteros, displacenteros o neutrales, generando apego, aversión o ignorancia. Por consiguiente, mientras el adepto no ha realizado su naturaleza adventicia e ilusoria, los fenómenos externos son demonios. Una vez que esta naturaleza ilusoria ha sido purificada y el adepto realiza la vacuidad de esos fenómenos tal como el soñante que se da cuenta de que está soñando, la mente ya no puede ser dañada por estos demonios producidos por las facultades de los sentidos y como las formas, sonidos, etc., no existen realmente, lo mismo puede ser dicho respecto del deseo o aversión que producen, ellos no son sino apariencias vacías de cualquier realidad por si mismas, y de las cuales uno debe liberarse.

Aryadeva enumera los tres tipos de remedios para cortar a través de los demonios tangibles: “Dependiendo de si la experiencia de uno es excelente, intermedia u ordinaria, permanece en abstracción espontánea libre de pensamientos similares a un denso bosque. Medita con tu concentración apuntada hacia esos demonios, como si poseyeras poderes sobrenaturales o como a través del uso de un hacha afilada por medio del análisis y el razonamiento, firmemente establece su no-existencia.”

El practicante de Chod ordinario, común aplica el razonamiento para poder establecer la no-existencia de esos demonios y permanece en la naturaleza de la mente más allá de todo concepto a nivel del sutra. Cuando sus capacidades han aumentado, el practicante será capaz de comprender directamente su naturaleza ilusoria lo que le permitirá transformar estas apariciones como si poseyera poderes sobrenaturales. Esto es considerado el enfoque Vajrayana, el camino de la transformación de las apariencias. Finalmente, a través de la excelente práctica del Mahamudra estas apariciones demoníacas se liberarán espontáneamente en la clara vacuidad de la mente.

2. Los demonios intangibles: no pueden ser percibidos por los sentidos, ellos son los pensamientos positivos o negativos que surgen en la mente.

Aryadeva nos dice:

 “Lo que se conoce como demonios intangibles consisten de las manifestaciones mágicas de dioses y demonios y arrogancia”.

Machig nos dice:

“Los demonios intangibles son las emociones tales como el sufrimiento y lo demás”.

El temor de demonios invisibles o la espera por dioses imaginarios, así como toda expectativa o rechazo respecto de los objetos mentales debido que todos ellos derivan de la arrogancia, es decir, del aferramiento erróneo a un yo. Ellos son los demonios del apego erróneo a la realidad, cuando son aterradores se llaman demonios (dre), y cuando son positivos o placenteros se llaman dioses (lha) , y esas son las condiciones que dejan a la mente bajo el control de las emociones y el karma. Incluidos dentro de este grupo están los espíritus, fantasmas, zombies, etc. Algunos son puramente imaginarios, mientras que otros poseen algún tipo de realidad a nivel de existencia relativa. La mente que se aferra dualísticamente a estos dioses y demonios, faltas y cualidades, por si misma no tiene existencia inherente y debe ser reconocida como vacuidad, de manera que uno no necesita eliminar estos sentimientos, percepciones o conceptos, o incluso prevenir su aparición, uno debe simplemente permitir a la mente permanecer en su estado de claridad y calma naturales. Cuando uno abandona el aferramiento dualista al sujeto y a los objetos, cuerpo y mente ya no están más inquietos, agitados y se vuelven calmos de manera natural, tal como las ondas en la superficie del océano se calman y se disuelven por si mismas. Esta es la forma natural de liberarse uno mismo de los demonios intangibles.

3. El demonio de la exaltación o una intensa alegría o gozo que nace del apego a las experiencias meditativas gozosas: La exaltación hacia los fenómenos ordinarios es la exaltación del resultado supremo y nace del aferramiento erróneo a la realidad del yo, si uno se apega a la realidad de este gozo, se vuelve un demonio, si aparece espontáneamente sin ningún apego en la mente, entonces no se vuelve un obstáculo, es llamado “el Escudo del Dharmakaya vacío de todo apego”.  El apego a esta exaltación o alegría, está en la raíz de los 8 dharmas mundanos: las preocupaciones por ganancia (1) o pérdida (2), por ser alabado (3) o difamado (4), experimentar placer (5) o dolor (6), tener buena (7) o mala reputación (8). Al encontrar satisfacción en las experiencias o poderes que pudieran manifestarse como resultado de la meditación, por ejemplo, la visión clara del yidam, sueños proféticos, la habilidad de proyectar la voluntad sobre los otros, etc. Uno fácilmente desarrolla arrogancia y orgullo, en este sentido, la exaltación es uno de los más grandes obstáculos para el logro de la iluminación, y debe ser considerado un demonio. El mejor remedio para contrarrestarlo consiste en darse cuenta de que todo aparece en la propia mente, cualidades así como faltas y esto no tiene siquiera la más mínima existencia inherente, siendo similar a una ilusión o a la imagen de un sueño, así uno permanece absorto en la realización de que tanto la mente que percibe así como los objetos percibidos no son otra cosa que la vacuidad, más allá de todo concepto.

4. El demonio de la arrogancia: Es la fuerza demoníaca que es la raíz de las 3 otras, por consiguiente uno debe definitivamente cortar a través de ello. Aquí la arrogancia es sinónimo con apego al yo que es por lo cual  a este demonio se le llama “el demonio del ego” o “el demonio del yo”. Es la fuente verdadera del sufrimiento y del deambular en la trasmigración en el ciclo de nuestras existencias, el demonio directamente previniendo el logro de la iluminación. La mente bajo las emociones aflictivas tiende a encerrarse en un yo, donde no hay ninguno y a considerar como reales el yo y lo mío. Cuando uno se aferra a un yo, uno también se aferra al otro, a la idea de otro. Esta dualidad fundamental da nacimiento al apego y a la aversión, este punto de vista erróneo proviene de la ignorancia básica de la vacuidad de la existencia de un yo. Aquí el remedio, también es permanecer en la naturaleza calma de la mente, libre de todo concepto acerca de lo que es real y de lo que no es real.

Para resumir, mientras haya un ego o un yo hay demonios, donde no hay ego, no hay más demonios tampoco. Si no hay ego no hay objetos que deban ser cortado, y no hay más temor o terror, libre de todos los extremos, la sabiduría como emergente da nacimiento a la comprensión de la naturaleza de todos los fenómenos, a esto se le llama el fruto de la liberación de los 4 demonios.

El adepto del Chod comienza por cortar a través del aferramiento a un yo, el cuarto demonio que domina la mente ignorante. En la Biografía, Machig pasa por esta experiencia e instantáneamente su orientación espiritual completa sufre un tremendo cambio, sin embargo, como resultado directo de esta experiencia y de las cualidades de realización que produce, el demonio de la exaltación aparece.

Debido a que es imposible prevenir el surgimiento de este tipo de alegría y de estas cualidades, la única protección disponible es usarlas o llevarlas al camino, es decir, estar plenamente conciente de que no tienen más realidad que la imagen de un sueño o la ilusión creada por un mago.

En otras palabras, siguiendo la Biografía de Machig:

“Soy la yoguini que ha realizado el significado del prajnaparamita. Los demonios internos son la vacuidad interna, los demonios externos son la vacuidad externa. Los demonios internos y externos son la vacuidad tanto interna como externa. Los demonios arriba son la vacuidad de lo grande, los demonios abajo son la vacuidad de lo último. Los demonios tangibles son la vacuidad de los fenómenos reunidos, los demonios intangibles son la vacuidad de los fenómenos no reunidos. Los demonios de la exaltación son la vacuidad de aquello que no tiene comienzo ni fin, todos los demonios de la arrogancia son la vacuidad de lo que es “en si” (sanscrito: tatha tib: de shing nyid.

Aunque los demonios tangibles, tales como la creencia en la realidad de los cuatro elementos son los más obvios, ellos sólo pueden ser eliminados por un bodhisattva en el primer bhumi, mientras que ciertos demonios intangibles como la enfermedad, sufrimiento, apego o aversión pueden ser eliminados por seres ordinarios, seres comunes”.

Machig concluye:

“En esta forma, los dos tipos de demonios, los tangibles e intangibles constituyen aquello que debe ser abandonado. Los dos demonios de la exaltación y del aferramiento a un yo, es decir, la arrogancia, son los medios por los cuales uno los abandona.”

Mientras la tradición del Chod establece una distinción definitiva entre los cuatro demonios, todos están relacionados al cuarto, el demonio de la arrogancia, la concepción errónea de un yo. Tan pronto como uno corta el demonio del ego, todos los otros demonios se eliminan de manera simultánea. La budeidad no es diferente de este estado.

En resumen, Machig define el auténtico Chod, como la práctica consistente en cortar los pensamientos donde ellos están, cuando ellos aparecen en la mente. Finalmente no hay más pensamientos discursivos, ni nociones de sujeto u objeto y finalmente no hay nada quede para ser cortado:

 “Utilizar la propia incompetencia y limitaciones, se explica como el sentido del Chod. Cuando uno realiza que todo viene de la mente, no hay el menor objeto que quede para ser cortado, cuando uno realiza la vacuidad de la mente misma no hay más dualidad entre aquello que corta y aquello que debe ser cortado. Cuando uno experiencia esta no-dualidad uno corta sin haber cortado a ninguno de los demonios, como lo hace un ladrón en una casa vacía”.

Traducido del inglés rápidamente por Ngakpa Thondup Dorje, para beneficio de todos. Trascrito por Fernando Williams (Yeshe Jungne).  Que el mérito de este trabajo se transfiera para que todos los seres logren prontamente la completa e insuperable Budeidad. Sarva Shri Mangalam.